lunes, 9 de febrero de 2009

Continuará...



Hoy voy a poner una nueva etiqueta en mi recien nacido blogl a la que voy a llamar "Momentos".





Se trata de historias o pensamientos que me han ido fluyendo poco a poco y que quiero compartir con vosotros.









Espero que os gusten.






Un paseo por la oscuridad




Son las 2 de la mañana y como todas las noches ya estoy despierta. A mi lado duerme mi marido. La cadencia de su respiración es tranquila. Está girado sobre el lado derecho con lo cual me da la espalda y hace más fácil mi huida de la cama.






Me levanto sigilosamente y miro en la habitación de mi hijo. También duerme con un sueño sosegado y una pequeña sonrisa producida por esos dulces sueños hace que brote otra en mí que muere casi antes de llegar a mis labios.





Con cuidado me meto en el aseo y allí me pongo unos gastados vaqueros, una camiseta y unas zapatillas playeras que guardo ahí para estas ocasiones. Buck, nuestro pastor alemán, observa desde la puerta este ritual que sigo desde hace bastantes meses en los que empecé a caer lentamente por este tobogán con destino a ninguna parte.





Cojo mi chaqueta y la correa de Buck y con un pequeño movimiento de cabeza le indico que me siga. La calle está desierta, andando lentamente llego al paseo marítimo que está a pocos minutos de mi casa.





Las farolas están apagadas una si y otra no, con lo cual la débil luz no permite ver más que las sombras que nos rodean.





Mi mirada se pierde en la negrura de la noche, que parece engullir todo lo que toca y a cualquiera que ose acercársele lo suficiente.





A esas horas el paseo esta vacío, tan solo te puedes cruzar con otra alma atormentada como la mía. Todas las noches me encuentro con un hombre que lleva también un perro como fiel guardaespaldas. Nunca nos miramos, y su presencia sale de entre las sombras, aunque hay veces que yo lo diviso en la lejanía gracias a la pequeña luz de las brasas de su cigarrillo.





Como cada noche, me siento en el banco que está junto a una gran palmera, cuyas enormes hojas están empezando a secarse. Desde él se divisa en la lejanía un pequeño faro que dibuja un haz de luz durante un breve instante. Es bastante para avisar a los barcos de la cercanía de la costa pero no lo suficientemente potente como para alejar de mí mis negros pensamientos.





(Continuará...)

2 comentarios:

  1. Ains Morgana, solo puedo decirte que ¡es precioso!, hija mía vaya arte, como todo lo hagas así...
    Espero el siguiente "momento".

    Mil besos de esta que ya quisiera "volver" a su tierra.
    Cris

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  2. No sé si es una vivencia real o un momento ficticio, Merche, pero me ha parecido estar leyendo el principio de una novela de lo bien escrito que está, a la vez que tuve la sensación de estar viendo la escena de lo real que parecía.

    Está claro de quién ha heredado tu hija sus dotes de escritora!

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