miércoles, 18 de febrero de 2009

¡¡¡Marta!!!


No quedan ya lágrimas en Sevilla ni cabe más indignación en sus calles.


Ya tienen a sus asesinos, pero el cuerpo de la joven Marta no aparece.


El dolor y la angustia de los padres es difícil de imaginar. Lo único que podemos hacer es mandarles nuestro apoyo y decirles que estamos con ellos y que hay que luchar para que estas cosas no vuelvan a suceder.


Yo tengo una hija de su misma edad, una chica alegre y resuelta. Cuando no está en casa siento el gusanillo del miedo que me muerde el estómago hasta que abre la puerta y me dice “Mamá, ya estoy aquí” y me da un beso en la mejilla.


Mi otra hija está estudiando en Alemania. Con sólo 18 años está allí sola manteniéndose con una beca del DAAD y labrándose su futuro a más de 1700 Km de casa. Pues os digo, respiro aliviada cuando por la tarde-noche se conecta a Internet y me dice que ya está en la residencia y que no va a volver a salir.


Este hilo que nos conecta con los hijos está hecho de nuestra propia vida. Cuando se rompe nuestra luz se apaga un poco. Si nos lo arrebatan de tirón se apaga de golpe y es muy difícil volver a encontrarla.


Un abrazo a la familia de Marta y de esas otras Martas cuyo fin ha sido el mismo. Espero que encuentren nuevamente su luz.

1 comentario:

  1. Realmente es un duelo, yo ahora que voy a ser madre de una niña en junio, estoy asustada del mundo en el que tenemos que criar a nuestros retoños...

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